jueves, 12 de febrero de 2009

Se busca un corazón

Buenos días. Prometeo os odia a todos.

― Haz lo que quieras. No me importa lo que digas en tu blog ése.

Ya he aprendido algunas cosas sobre la vida:
1º- Una mañana entera metido en un trabajo sin sentido, obedeciendo a un subnormal que se cree mejor que porque se ha levantado una hora antes para afeitarse su redonda cara de cerdo, no tiene precio.
2º- Un funcionario universitario que, protegido tras las trabas burocráticas, te mira a los ojos y acercándose a ti te confiesa que te esta puteando la vida con una sonrisa en la cara, NO lo siente. A pesar de que lo repita tres veces seguidas, y en voz alta.
3º- Las niñas de primero y segundo que pasaban de ti como de las clases, ahora se quedan mirándote cuando vas por los pasillos por los que ya nunca volverás a pasar como una promesa que jamás se cumplirá. (cada vez están más buenas y son más guarras)
y 4º- Cualquiera de estas cosas es mejor que pasar la noche solo deseando tener a alguien al lado en la cama. Sobretodo cuando no sabes muy bien a quién.


En el país del fútbol y los políticos corruptos, el tiempo pasa lento cuando es el tiempo que nos queda. Un día sueñas, el siguiente escribes, y al otro todo lo que has escrito y soñado se transforma en algo real. Y viceversa. Si me hubieran avisado antes…

Errores que se cometen, corazones que se rompen, lecciones duras que se aprenden. Los días llegan y se quedan. Unos encajan bien, y otros mal. Así es como funciona.

Me han dicho que invente una historia sobre la chica que desapareció hace ya casi tres semanas. Lo siento chicos, no me gusta meterme en la mierda hasta el fondo. Aunque siga pisándolas en la calle justo antes de subir a vuestra casa.
Hoy solo me apetece escribir con música de fondo como de cajita de música mientras la noche lo cubre todo de silencio. Ya no puedo vivir de día. Hay demasiado ruido. Y a mí solo me gusta un poco. De vez en cuando, como el amor.
Hay cosas que debo resolver. Al menos por mi propio bien. Están esperándome ahí delante. A veces me miran como preguntándome: “Hey, ¿ya no te acuerdas de mi?” Y yo les digo que sí hombre, que sí. Solo que ahora no puedo. Tengo otras muchas cosas que no hacer.

― Eso se llama falta de ambición.

― Define ambición.

― ¿Estás borracho?

― Define borracho.

Prometeo os desea lo peor de los males a muchos. Al resto os veré por la noche.

Por cierto, mañana es el día de los enamorados. Y ella no va a volver a caer. Dice que no le importa lo que escriba en mi blog.


¿Alguien tiene un corazón para prestarme?